Un espectacular proyecto familiar de más de cinco años, que esconde una puesta a punto sorprendente a los pies de la "Cuesta del Infierno". Un local que ya es toda una referencia en Laredo y alrededores.

Fondeado en los bajos de un inmueble que roza los dos siglos de existencia, tras sus puertas conviven en armonía elementos barrocos con otros vanguardistas. Abrazo entre pasado y futuro en un guiño a la larga trayectoria de un lugar, que lo mismo sirvió de almacén, que albergó en su interior aquellos futbolines en donde nuestros padres y abuelos invirtieron largas horas de ocio y diversión.

La ambiciosa apuesta por convertirse en un eficaz punto de encuentro se aprecia en una batería de detalles que tienen la virtud de no dejar a nadie indiferente. Una decoración en la que cada elemento ha sido pensado mil veces hasta elegir su configuración definitiva. Un puzzle en el que todo encaja de forma magistral. Como esa réplica de gran formato de “La Rendición de Breda”, protegida por un doble cristal templado, destinada a marcar el fondo del recinto y que dialoga con descaro con los aparatos más sofisticados; mientras, más cerca de la entrada, “Las Meninas” del mismo genio Velázquez, contemplan divertidas la escena. La primera curiosidad asoma aquí: fue preciso contar con el permiso del Museo del Prado para poder reproducir estas joyas del arte que, dispuestas en murales de gran formato, confieren al lugar una elegancia inquietante.

Y qué decir de ese despliegue de luces de tecnología led que permiten un control milimétrico de la intensidad y, sobre todo, de la tonalidad de las luces que iluminarán, según lo requiera el momento, techos, suelos y paredes. Lo que significa que, a capricho del usuario, se puede crear una atmósfera concreta con cualquier tonalidad de las que existen en la paleta de colores. O acoplar las variaciones lumínicas al ritmo de la música que suena en el recinto. Todo bajo control desde una mesa de mezclas similar a la consola multipistas que se usa para calibrar el sonido. Pionero en utilizar dicha tecnología en Cantabria y que, además requirió la intervención de un especialista capaz de poner en marcha el sofisticado sistema que recorre todo el local.
Hablando de retos, los muros ocultan auténticas filigranas de ingeniería gracias a las cuales este negocio tiene la insonorización de una discoteca; el refuerzo estructural que le permitirá alcanzar otros dos siglos de existencia sin despeinarse; o unas condiciones de saneamiento íntegramente renovadas para evitar cualquier problema.
Tampoco pasará desapercibido el proyector de alta definición para ver partidos, películas y lo que se tercie.

Todo ello en un sitio al que las horas marcan su ritmo, arrancando con el café matinal hasta convertirse en el mejor refugio desde donde desafiar la llegada de esa hora en que la noche se torna en madrugada. Cafés, pinchos y copas servidos en guante de seda al precio de siempre. He aquí la clave final de un negocio que encierra en su denominación el último secreto. Ya que además de aludir a una esencia, a un “Concepto”, en sus letras se incluye un guiño a la identidad de su mentor: “Con César Presno Talledo”. Un aval para augurar una exitosa andadura que arrancó el Jueves 28 de Enero de 2010 y que espera contar con la presencia de todos.