Uno de los reductos cinegéticos de bosque mediterráneo más bellos que pueda imaginar Perdida entre alcornoques, quejigos y acebuches, en medio de los montes de Jerez, en uno de los reductos de bosque mediterráneo más bellos que pueda imaginarse, se encuentra La Alcaria. Todo un paraíso de vida salvaje donde los corzos, venados, gamos y muflones, campan a sus anchas.

La Alcaria, tienen una superficie de más de 2.000 hectáreas, cercadas en su totalidad. Más de 60 km. de caminos forestales, escondidos bajo las copas de su frondosa arboleda, serpentean por sus laderas y vaguadas, sin una sola servidumbre de paso, lo que garantiza su privacidad y la segura intimidad de quienes la disfrutan.

El paisaje es exuberante y variado, con una alta pluviometría que permite que sus ricas umbrías nos recuerden paisajes norteños por su frondosidad. Sin embargo, se disfruta de un clima mediterráneo donde el frío apenas se nota y su clima primaveral, se extiende desde mediados de septiembre hasta finales de junio; todo un récord de temporada alta para disfrutar.

Este tesoro medioambiental nos es fruto de la casualidad. Es el resultado de una acertada gestión forestal y cinegética de más de 150 años. A mediados del siglo XIX, D. Pedro José de Zulueta y Wilcox, Conde de Torre-Díaz y banquero de la City londinense, comenzó a aplicar las técnicas más avanzadas de la silvicultura europea. Gestión ininterrumpida a los largo de 5 generaciones, y hoy continuada por su actual propietario, descendiente directo del primer Conde de Torre-Díaz, quien adquirió la finca en 1849, procedente de la desamortización.