Jonatan Ochoa Osteopatia Y Fisioterapia
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Osteopatia e Medicina
3 MANERAS DE HACER UN LAVADO NASAL Tumbado de lado con la cabeza ladeada. El lavado nasal más usado pero quizá no el más eficaz. Realización: niño tumbado boca arriba con la cabeza ladeada. Se echa el suero con fuerza, con una jeringuilla o con monodosis, por la narina (agujero nasal) que queda arriba. Por la narina inferior saldrá el suero junto con el moco que haya barrido. Beneficios: – principalmente limpiamos la zona más anterior de la nariz. – es fácil y rápido. – se puede hacer incluso en niños con problemas neurológicos. Riesgos: – al ladear la cabeza y echar el suero con fuerza, se puede favorecer la entrada de moco y suero a la trompa de Eustaquio (oído) provocando otitis. Limitaciones: – con este lavado, por la posición de la cabeza, el suero no llega a la zona posterior de la nariz donde se acumula el moco y de ahí va resbalando y cayendo a la garganta donde genera la tos y los vómitos. – no es útil cuando el moco es muy espeso y denso porque el suero rebota contra el tapón de moco. – generalmente, después de hacerlo hay que aspirar con un aspirador tipo pera o narinel para dejar la nariz completamente limpia. El niño sentado. Para niños más mayores. Realización: niño sentado con la cabeza echada hacia delante. Se echa el suero con fuerza hacia el interior de la nariz por una narina y posteriormente por la otra. El suero sale de nuevo por la nariz arrastrando el moco. Beneficios: – principalmente limpiamos la zona más anterior de la nariz. – es fácil y rápido. – se puede hacer incluso en niños con problemas neurológicos. Riesgos: – al estar el niño sentado es más difícil tenerle sujeto y quieto. – en bebés es complicado hacerlo en esta posición cuando son demasiado pequeños y no controlan todavía la cabeza. Limitaciones: – al estar la cabeza echada hacia delante, el suero tampoco llega a la zona posterior de la nariz. – no es útil cuando el moco es muy espeso y se acumula en la zona posterior. – suele necesitar de aspiración posterior. Tumbado boca arriba con la cabeza echada hacia atrás. El lavado nasal que más nos gusta. Realización: niño tumbado boca arriba con la cabeza ligeramente echada hacia atrás. Se echa el suero despacio, sin presión, hacia el interior de la nariz por una narina y posteriormente por la otra. El suero cae haca la parte posterior de la nariz y resbala hacia la garganta arrastrando parte del moco. Las secreciones que están más adheridas o son más viscosas se hidratarán al contacto con el suero. Posteriormente, para desobstruir la nariz completamente, si el niño es colaborador, pediremos que inspire con fuerza, es decir, que sorba, para que ese moco que está en la zona posterior taponando acabe de caer a la garganta y sea tragado o escupido. No hay que tener miedo de tragar moco, irá al estómago y de ahí a las heces. Si el niño no colabora, normalmente hasta los 2-3 años no lo hacen, cerraremos la boca para aprovechar el llanto (es raro el bebé que al hacerle el lavado nasal no llora) y buscar de esta manera una inspiración intensa por la nariz. Esto hará que las secreciones se arrastren y se traguen permitiendo la correcta respiración. Fisioterapia Respiratoria-lavado nasal bebé Lavado nasal Beneficios: – se accede a la zona posterior de la nariz donde se suelen acumular las secreciones, principalmente en los niños más pequeños que pasan mucho tiempo tumbados. – es muy eficaz y no necesita de aspirado posterior. – al no ladearse la cabeza no hay riesgo de que entre el suero en las trompas de Eustaquio (oído). – cuando los niños son mayores lo aprenden y lo hacen de manera autónoma. Riesgos: – no hay que tener miedo porque el niño se atragante o se ahogue, salvo en niños con problemas neurológicos o con problemas de deglución. – hay que saber hacer la técnica para que sea verdaderamente eficaz. Limitaciones: – niños neurológicos y con problemas de deglución. – si hay mucha congestión por inflamación de la mucosa a veces puede resultar complicado hacerlo.