La Quinta Paolita existía desde 1945, era en su inicio una propiedad con huertos de aguacates y chirimoyas, poseía una pequeña y vieja vivienda de adobe. No se sabe exactamente en qué año (talvez entre 1960-1970), otro propietario amplió la casa, aumentando un espacio social y techando el horno de adobe, también amplió el huerto con árboles de limón, naranja y mandarina. En 1995 Mi esposo Beat y yo adquirimos la propiedad, inspirados por el nacimiento de nuestro primer hijo Rafael, a quienes queríamos hacerle disfrutar de la tranquilidad, la sencillez y la libertad del campo. El aire limpio y el contraste con el bullicioso barrio donde vivíamos en Quito nos complacían mucho a todos, hasta ahora. Durante 20 años hemos tratado de mantener los huertos, hemos dotado a la casa de servicios básicos, una cocina, jardines, terrazas; manteniendo el ambiente campestre, los materiales, los colores del entorno y la discreción propia de ese pueblito andino. Mantuvimos y respetamos el nombre de Quinta Paolita pues ya era una referencia en el pueblo desde los años 60. En 1998 con el nacimiento de nuestro segundo hijo Martin, fuimos a vivir en México por una mejor oferta laboral para mi esposo. Las estadías en la Quinta fueron desde entonces esporádicas, pero siguieron siendo pretexto para reunir siempre a toda la familia. Durante muchos años mis padres colaboraron para mantener la quinta y en los últimos años se la destinó para el turismo rural, razón por la cual, las antiguas bodegas, gallineros y cuartos de servicios los remodelamos, dotándoles también de servicios básicos; pero sobre todo, fue la oportunidad, para mí, de remodelar el espacio y el color, inspirada en la arquitectura mexicana y el arte popular de ese país. Hace dos años inicié la construcción de un espacio dedicado al arte y la artesanía, lugar que albergará mi pequeño centro cultural Mujeres Andinas y el taller-galería Artemis Ecuador que ya está funcionando con una variada oferta de arte y artesanía. Los 15 años vividos en la cultura Suiza desde el 2002, mi trabajo y mis proyectos artísticos han hecho posible dotar a este lugar de una visión abierta a generar calidad de vida para los habitantes de la región, especialmente a las mujeres. Los espacios arquitectónicos son muy simples en su forma, estilizan la arquitectura colonial heredada por España, albergan e integran mi obra artística y artesanal, formando un conjunto armónico en forma, color, volumen y ambiente. Espacio que nos lleva desde cualquier punto de vista a identificar a la mujer andina y sus labores inspiradoras. El paisajismo del jardín, está orientado a la recuperación de las plantas autóctonas que incluye entre otras muchas, los bicundos con sus flores de caucho esculturales, los poderosos cactus y sus flores súper coloridas, las miniaturas de orquídeas salvajes, siempre perfumadas y las imponentes pencas de todo tipo. Todo este ambiente será el entorno donde todas las mujeres del campo de la región podrán ingresar para dar y recibir gratuitamente: cursos de arte, artesanía, folklor, ecología, jardinería y gastronomía. Siempre en el marco de recuperación y desarrollo de su propia cultura y forma de vida. Ellas agrupadas podrán enseñarnos a quienes nos acerquemos, cómo es su cultura y qué es lo más importante para ellas y sus familias. Si el resultado es como esperamos: variado, abundante y generoso como ellas mismas; todas las obras y acciones que realicemos, así como el dinero, fruto de la venta de ese trabajo, servirá para ampliar el centro a una escuela de artes y oficios para niños y adultos. En pocos meses tendré el gusto de inaugurar este lugar, abierto a las mujeres y al público interesado en apoyar esta gestión, pues hablar de mujeres, es hablar de nuestra tierra, de nuestra familia y de nuestra cultura. Paulina Altuna de Bürke. ARTEMIS Atelier-Galerie Suisse

La Quinta Paolita existía desde 1945, era en su inicio una propiedad con huertos de aguacates y chirimoyas, poseía una pequeña y vieja vivienda de adobe. No se sabe exactamente en qué año (talvez entre 1960-1970), otro propietario amplió la casa, aumentando un espacio social y techando el horno de adobe, también amplió el huerto con árboles de limón, naranja y mandarina. En 1995 Mi esposo Beat y yo adquirimos la propiedad, inspirados por el nacimiento de nuestro primer hijo Rafael, a quienes queríamos hacerle disfrutar de la tranquilidad, la sencillez y la libertad del campo. El aire limpio y el contraste con el bullicioso barrio donde vivíamos en Quito nos complacían mucho a todos, hasta ahora. Durante 20 años hemos tratado de mantener los huertos, hemos dotado a la casa de servicios básicos, una cocina, jardines, terrazas; manteniendo el ambiente campestre, los materiales, los colores del entorno y la discreción propia de ese pueblito andino. Mantuvimos y respetamos el nombre de Quinta Paolita pues ya era una referencia en el pueblo desde los años 60. En 1998 con el nacimiento de nuestro segundo hijo Martin, fuimos a vivir en México por una mejor oferta laboral para mi esposo. Las estadías en la Quinta fueron desde entonces esporádicas, pero siguieron siendo pretexto para reunir siempre a toda la familia. Durante muchos años mis padres colaboraron para mantener la quinta y en los últimos años se la destinó para el turismo rural, razón por la cual, las antiguas bodegas, gallineros y cuartos de servicios los remodelamos, dotándoles también de servicios básicos; pero sobre todo, fue la oportunidad, para mí, de remodelar el espacio y el color, inspirada en la arquitectura mexicana y el arte popular de ese país. Hace dos años inicié la construcción de un espacio dedicado al arte y la artesanía, lugar que albergará mi pequeño centro cultural Mujeres Andinas y el taller-galería Artemis Ecuador que ya está funcionando con una variada oferta de arte y artesanía. Los 15 años vividos en la cultura Suiza desde el 2002, mi trabajo y mis proyectos artísticos han hecho posible dotar a este lugar de una visión abierta a generar calidad de vida para los habitantes de la región, especialmente a las mujeres. Los espacios arquitectónicos son muy simples en su forma, estilizan la arquitectura colonial heredada por España, albergan e integran mi obra artística y artesanal, formando un conjunto armónico en forma, color, volumen y ambiente. Espacio que nos lleva desde cualquier punto de vista a identificar a la mujer andina y sus labores inspiradoras. El paisajismo del jardín, está orientado a la recuperación de las plantas autóctonas que incluye entre otras muchas, los bicundos con sus flores de caucho esculturales, los poderosos cactus y sus flores súper coloridas, las miniaturas de orquídeas salvajes, siempre perfumadas y las imponentes pencas de todo tipo. Todo este ambiente será el entorno donde todas las mujeres del campo de la región podrán ingresar para dar y recibir gratuitamente: cursos de arte, artesanía, folklor, ecología, jardinería y gastronomía. Siempre en el marco de recuperación y desarrollo de su propia cultura y forma de vida. Ellas agrupadas podrán enseñarnos a quienes nos acerquemos, cómo es su cultura y qué es lo más importante para ellas y sus familias. Si el resultado es como esperamos: variado, abundante y generoso como ellas mismas; todas las obras y acciones que realicemos, así como el dinero, fruto de la venta de ese trabajo, servirá para ampliar el centro a una escuela de artes y oficios para niños y adultos. En pocos meses tendré el gusto de inaugurar este lugar, abierto a las mujeres y al público interesado en apoyar esta gestión, pues hablar de mujeres, es hablar de nuestra tierra, de nuestra familia y de nuestra cultura. Paulina Altuna de Bürke. ARTEMIS Atelier-Galerie Suisse

Este apartemento independiente, con decoración campestre, estilo español, tiene dos habitaciones compartidas y un estudio con sofá cama, una sala de baño, cocina-comedor. La salida a la terraza y al jardín es directo, tiene un balcón que da a la calle principal. Servicio gratuito en la quinta: wifi, parking privado, tv por cable. Servicio de pago: Sala de máquinas de aseo y plancha, transporte 4x4, tours a caballo, descuentos para el spa Camilia Victoria. Guía en inglés y español.

La Quinta Paolita posee una suite matrimonial independiente, con patio interior, terraza, jardín, salida al huerto. El baño como la habitación tienen pinturas vitrales y detalles de decoración singulares. Una chimenea, puertas, ventanas, lámparas antiguas, mas un mobiliario colonial, cobijas y blancos en algodón hacen de este espacio un lugar para relajarse con confort y disfrutar de un ambiente artístico único en el campo. En la quinta hay servicio gratuito de: Desayuno, portería, wifi, tv cable, parking privado. De pago: máquinas de aseo y plancha, Transporte 4x4, Tours a caballo, descuentos para el spa CAmila Victoria. Guía en español e inglés.

Reserve sus vacaciones compartiendo con toda su familia en Quinta Paolita. Exclusividad, confort , belleza y naturaleza. Casa colonial, 3 habitaciones con sala de baño privada, sala con chimenea, cocina comedor completamente equipados, Terrazas, jardines, parking, TV cable, wifi. Capacidad para 8 personas 360 USD diarios. Informes y reservas altuna@bluewin.ch Sra Vanesa Altuna: 0989056207 Apartamento familiar Amplio con 2 habitaciones compartidas, una habitación en estudio, Cocina-comedor, sala de baño Capacidad para 5 personas 250 USD diarios Informes: altuna@bluewin.ch Sra. VAnesa Altuna: 0989056207

QUINTA PAOLITA Artemis taller-galería

Quinta Paolita en el centro del pueblito de Tumbabiro y en asociación con la finca el Guarangal y el Spa Camila Victoria ubicados a pocos metros de la quinta, ofrece actividades relajantes, culturales, deportivas y turísticas. Hospedándose en la quinta, se obtiene bonus de descuento hasta del 20% para realizar paseos a caballo o recibir tratamientos estéticos y masajes de relajación en el spa Camila Victoria. Tour en 4x4 hacia la reserva natural de El Angel. Visitas a los diferentes lagos y mercados alrededor de la región. Cursos de arte en el taller Artemis de la quinta, combinados con estadía. Consulte nuestros paquetes. PAULINA BURKE altuna@bluewin.ch